L'Olivera promueve protectos vitivinícolas y da trabajo a jóvenes vulnerables.

L’Olivera promueve protectos vitivinícolas y da trabajo a jóvenes vulnerables.

La cooperativa L’Olivera está decidida recuperar las viñas que antaño cubrían Collserola. Va a necesitar ayuda, y por ello ha puesto en marcha la campaña Plantem un cep a Barcelona. Con una pequeña aportación, cada uno de nosotros puede apadrinar una viña y, así, una a una,  dos a dos, conseguiremos que Barcelona vuelva a ser territorio vinícola.

Esta historia comenzó en 2001 cuando Barcelona plantó 3,5 hectáreas de viña en la finca de Can Calopa de Collserola. Era un tímido intento de recuperar la tradición agrícola en la zona, aunque parecía una cuestión de imagen, porque el vino que se producía, Vinyes de Barcelona, solo se consumía en actos institucionales. Sin embargo, en 2010 se integró en el proyecto L’Olivera, con el objetivo de transformarlo en un proyecto de agricultura social sostenible a largo plazo y con un enfoque productivo. No solo es una cuestión de vino o agricultura ecológica, el proyecto, de la mano de la cooperativa, también genera oportunidades laborales para una veintena de jóvenes con dificultades y en riesgo de exclusión que viven y trabajan en la finca.

El siguiente paso es garantizar el futuro del proyecto, que contribuye a la transformación agroecológica del Parc de Collserola, y dar continuidad al proyecto de economía social y solidaria, un modelo de referencia para gestionar este tipo de espacios. Para conseguirlo, los promotores buscan la complicidad de pequeños inversores dispuestos a plantar virtualmente las vides necesarias. Una forma de financiación conocida como crowdfunding que apela al compromiso de los ciudadanos para conseguir 24.000 euros en los próximos 30 días. Las aportaciones son de 10, 20 y 30 euros y, además de la contribución solidaria, llevan una recompensa incluida.

Actualmente apenas el 2% del territorio de Collserola es de uso agrícola, mientras que en 1950 conformaba el 21,5%. La viña plantada hoy en día representa un 0,5% de los cultivos plantados. La masía Can Calopa de Dalt es una de las más de 150 que sobreviven en la sierra de Collserola. Con cuatro siglos de historia, es un testimonio vivo del pasado agrícola de la ciudad de Barcelona.

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