Las bibliotecas ya no son solamente salas de lectura o de estudio. Se han convertido en espacios dinámicos que organizan actividades y convocan a la sociedad. Quizás por eso ya no encontramos allí únicamente estudiantes y ratas de biblioteca, sino gente de cualquier pelaje. En 1968 abrió la primera de todas, en la calle Sant Carles, y 50 años después la ciudad dispone de cuatro centros públicos, modernos y accesibles: Central, Can Peixauet, Singuerlín-Salvador Cabré y Fondo. Entre las cuatro organizan 1.500 actividades al año a las que asisten cerca de 45.000 usuarios.
Central (Jardí de Can Sisteré, s/n. )
La más antigua de la ciudad. Dispone de un fondo de 3.795 volúmenes especializado en solidaridad y cooperación. Cuenta con el espacio de lectura dirigido a familias con más documentos.
Fondo (Massenet, 28)
Se inauguró en 2014. El espacio Cuines del Món dispone de cerca de un millar de documentos dedicados a la gastronomía y una cocina para talleres. También cuenta con un fondo LGBI.
Can Peixauet (Av. de la Generalitat, 98)
Da servicio a los barros del sur. Dispone del mayor fondo documental en el género fantástico y la ciencia ficción: más de 5.000 volúmenes, la colección más grande de Catalunya.
Singuerlín – Salvador Cabré (Pl. Sagrada Família, s/n.)
Da servicio a los barrios situados al pie de la Serralada de Marina. Está especializada en cine de autor y en documentales. También cuenta con un fondo especial de series de TV.