Las bodegas de barrio están en peligro

Las bodegas están en peligro, por lo menos lo están las de toda la vida, las regentadas por pequeños propietarios y ubicadas en barrios humildes de la ciudad. La subida de los alquileres, la competencia desleal… También el cambio de gustos. Todo son amenazas para un sector que nos ha dado tantas alegrías. Nunca mejor dicho.

Por eso las autoridades han recopilado una serie de bodegas tradicionales con la intención de darles la categoría de comercios emblemáticos. Este título concede a los negocios una serie de privilegios para proteger su actividad, como ayudas para pagar el alquiler y otras facilidades. El objetivo es preservar su singularidad.

Entre las candidatas están la Bodega Eduardo, en la Prosperitat, (Joaquim Valls, 66), la Bodega Lluís, en el Congrés i els Indians (Pinar del Río, 74) y hasta cuatro comercios de Sant Martí: dos en el Clot, Bodega Carol (Aragó, 558) y Bodega Sopena (Clot, 55); otro en Provençals, Bodega J. Cala (Pere IV, 460); y el último en Camp de l’Arpa, Bodega Fermín (Indústria, 273).

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