La Policía Local ha empezado a utilizar cámaras corporales que permitirán a los agentes registrar sus actuaciones. La incorporación de estos dispositivos tecnológicos se enmarca en el impulso de la modernización del cuerpo, que también está empezando a implantar el uso de tabletas electrónicas y a realizar el control telemático de las zonas de carga y descarga de los vehículos.

Una docena de videocámaras personales ya están disponibles para ser asignadas a los agentes, que deben colocarlas, protegidas, sobre sus chalecos antibalas y que sólo pueden utilizar cuando se den las circunstancias de riesgo concreto que establece la ley.

El uso de estos dispositivos, cada vez más extendido en los cuerpos policiales, tiene como objetivo mejorar la transparencia de su labor, ofrecer pruebas de posibles agresiones y reforzar las garantías de seguridad tanto para los agentes como para la ciudadanía.

Asimismo, tal y como ya se ha constatado en El Prat, contribuye a prevenir algunos tipos de incidentes o reducir su intensidad. «Las cámaras tienen una función coercitiva importante y se han reducido mucho los incidentes contra policías», asegura José Arenas, jefe accidental de la policía local.

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