Las escuelas catalanas formarán grupos-clase estables y estancos.

Las escuelas catalanas formarán grupos-clase estables y estancos.

No será fácil la vuelta al cole este año. Pero el éxito depende de la colaboración entre instituciones públicas, profesionales y familias. Y de los menores, claro. La Generalitat no puede garantizar menos de 20 alumnos por clase, tanto por falta de profesorado como por falta de espacio. Sin embargo, apuesta por las dos E: estanqueidad y estabilidad.

Las escuelas organizarán a los alumnos en grupos-clase estables que convivirán durante todo el curso. Así, los menores sólo tendrán contacto con sus compañeros, cosa que reducirá considerablemente el riesgo de contagio. Por esta razón la Generalitat considera que los centros van a ser el mejor lugar donde protegerse de la pandemia.

Clase en espacios abiertos

En algunos centros los profesores podrán reunir en un mismo grupo-clase a niños de diferentes edades, como ya pasa en escuelas rurales. Pero esto no supone ningún problema porque la estructura se mantendrá a lo largo del curso. Lo más importante es que interactuarán durante el curso sólo con sus compañeros.

Si es necesario, para reducir el número de alumnos, la Generalitat autoriza a los centros a trasladar parte de las clases a espacios fuera del centro. Algunos ayuntamientos ya han ofrecido edificios o salas con este objetivo.

Las extraescolares deben garantizar seguridad

De esta manera la estabilidad y la estanqueidad sólo se rompería al llegar las extraescolares. Puesto que no dependen estrictamente de la Generalitat sino de los propios centros o de las asociaciones de padres, quedan fuera del protocolo público. Los alumnos tienen derecho a realizar estas actividades, pero las familias deben exigir a los responsables que se cumplan los protocolos de seguridad.

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