Un rider de Glovo trabajando durante el estado de alarma. Foto: ACN - Blanca Blay

Un rider de Glovo trabajando durante el estado de alarma. Foto: ACN – Blanca Blay

Aunque los jóvenes parecen mucho mejor preparados para los empleos del futuro, están encontrando muchas dificultades para encontrar trabajo. Es consecuencia de la crisis sanitaria, desde luego, pero también de un cambio de paradigma. La mayoría de los empleos del futuro, especialmente para los jóvenes, serán de en el entorno de la llamada gig economy, la economía vinculada al sector Internet, caracterizada por una oferta flexible y temporal.

Para ayudar a los jóvenes a adaptarse a estos nuevos empleos la Cambra de Comerç ofrecerá talleres y mesas de experto que asesorarán a los jóvenes interesados para que puedan acceder al mercado de trabajo actual en las mejores condiciones. Se hará un trabajo especial con los jóvenes más vulnerables, para que puedan defenderse de la explotación laboral que puede provocar este tipo de economía.

La gig economy se define como pequeños encargos de empresas a trabajadores independientes durante periodos cortos. Un buen ejemplo, para bien y para mal, es Glovo. La empresa ofrece trabajo flexible a jóvenes que quieran ganarse un dinero extra puntualmente. Hasta ahí, bien. Sin embargo, la realidad es que los llamados riders son profesionales que se pasan el día pendientes del móvil y compitiendo entre ellos por llegar antes a los pedidos. La empresa incluso les niega el derecho a ser considerados trabajadores por cuenta ajena, y les exige ser autónomos. Aunque esto va a cambiar como consecuencia de una sentencia favorable a los trabajadores, que denunciaron su situación a la justicia española.

El proyecto de la Cambra durará tres años, a lo largo de los cuales se harán actividades para generar consciencia sobre la necesidad de regular esta oferta de empleo y para conocer la opinión y la experiencia de los jóvenes. Una mesa de expertos internacionales trasladará las conclusiones a instituciones similares del resto de Europa, porque la oportunidad, y el problema, de la gig economy  afectan a todos los países de la UE.

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