Una jornada educativa y sostenible. Foto: ACN

Estudiantes de Viladecans y del municipio de Riner han colaborado en el traslado de un enjambre de 20.000 abejas procedente de Viladecans hasta el pueblo del Solsonès, donde vivirán más seguras. «Muchas abejas van a la ciudad y se pierden, algunas van a ventanas, a las cajas de las persianas o a los tejados; son difíciles de coger y la gente aprensiva las mata», explica el apicultor Joan Maria Llorens. Por este motivo se han trasladado todos estos ejemplares hasta Riner, donde vivirán en un entorno rural y podrán contribuir más y mejor a la polinización.

El proyecto es una oportunidad para conectar el mundo rural y el urbano y para que los estudiantes vean de cerca la biodiversidad y contribuyan a mantenerla y ampliarla. Hace un tiempo se pusieron unas cajas nido con un señuelo en Viladecans para atraer al máximo de ejemplares posible.

A partir de ahora, las 20.000 abejas, apadrinadas por los escolares, pasarán de vivir en un entorno urbano a uno rural en el Solsonès

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