Plano general de la fachada de la prisión de Trinitat Vella. - Foto: ACN. Pol Solà.

Plano general de la fachada de la prisión de Trinitat Vella. – Foto: ACN. Pol Solà.

Seis años más durará la condena de Trinitat Vella. Después, cerrarán la prisión y se pondrá en marcha el proyecto de transformación del barrio, con la construcción de 400 viviendas sociales. El plan de traslado de los centros de Trinitat Vella y Wad-Ras a la Zona Franca ya estaba aprobado, pero quedó paralizado por el descubrimiento de restos de metales pesados en el subsuelo de los solares donde iban a ubicarse. Ahora, Ayuntamiento y Generalitat han llegado finalmente a un acuerdo para compartir los gastos de descontaminación de los terrenos y así reactivar el proyecto.

Se trata de una operación de intercambio que beneficia a todos. Barcelona cede dos solares en la Zona Franca para que la Generalitat construya un Centro Penitenciario abierto y, a cambio, el Govern vende a la ciudad, por un módico precio, la parcela de 20.000 metros cuadrados de la prisión de Trinitat Vella.

En 2022 se activará la primera fase del proyecto de transformación de Trinitat Vella con la construcción de 131 viviendas sociales. Posteriormente, y a medida que quede desalojada la prisión, se construirán progresivamente el resto de inmuebles previstos: un total de 410 viviendas de protección oficial. La previsión es que en 2025 esté acabado el traslado.

UNA PRISIÓN FEMINISTA 

El nuevo centro penitenciario se ubicará en la esquina de la calle A con la calle 1 de la Zona Franca. Tendrá capacidad para 800 personas y una superficie de 13.000 metros cuadrados. Las instalaciones están diseñadas para acoger personas que cumplan penas de prisión clasificadas en tercer grado y acogerán cerca de 600 internos que ahora están en Wad-Ras y Trinitat Vella.

El otro solar de la Zona Franca, ubicado en la calle E, albergará un centro penitenciario con vocación feminista. Acogerá a 600 internas en una superficie de 55.000 metros cuadrados pensados especialmente para mujeres. Aunque ellas apenas representan un 7% de la población reclusa en Catalunya, requieren un entorno específico para favorecer su proceso de reinserción, y eso es lo que tendrán a partir de 2025.

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