La clave para que la escuela siga funcionando es tomar todas las precauciones posibles y hacer un seguimiento correcto. Se está demostrando que allí donde actúan rastreadores, responsables de advertir a las personas que han estado en contacto con enfermos de covid-19, se identifican más rápidamente los casos, y se reduce la gravedad. Con este objetivo la Generalitat contratará en los próximos días a 400 rastreadores y gestores de casos. Se sumarán a los 1.400 que ahora mismo ya están trabajando en diferentes departamentos, y sobre todo en los Centros de Atención Primaria.
Por cada caso de covid-19 suelen aparecer unos cuatro contactos estrechos que deben reaccionar rápido, porque uno de cada cinco contactos se habrá contagiado de covid-19. Pero con la puesta en marcha de las escuelas, la cosa cambia un poco. Los contactos estrechos pasan a ser toda la clase, de ahí que se aumente el número de rastreadores y que se pida a el compromiso de padres y familiares.
Según la media, en Barcelona y el Área Metropolitana aparecerá un positivo por cada 1.200 o 1.400 alumnos. Aun así, la escuela es un lugar seguro. Aunque aparezcan casos y haya que intervenir, si se sigue correctamente el protocolo las afectaciones serán las mínimas. La noticia no es que una escuela cierre, sino que la gran mayoría seguirán abiertas. Y las que cierren, lo harán durante unos días, y luego volverán a abrir. No será fácil pero con la colaboración de todas las partes el curso podrá proseguir. El espectáculo debe continuar para garantizar la igualdad de oportunidades en todos los barrios de Barcelona y el Área Metropolitana.