Si un proyecto sale de la comunidad, siempre tiene éxito

Fatima Hassoun llegó a Trinitat Vella en 1998. Desde entonces se ha convertido en mediadora cultural y, sobre todo, en una vecina más de su barrio, donde vive y trabaja ayudando a mujeres que quieren participar en su comunidad. Uno de los proyectos más exitosos es un grupo de costura formado por amas de casa que aspira a convertirse en una cooperativa.

¿Cómo llegaste a ser mediadora?
Yo en Marruecos estudié biología. ¡Aunque ahora ni me acuerdo! Llegué en 1998 como mujer reagrupada y estuve en casa cuidando a mis hijas durante tres años. Cuando empezaron a ir al cole me di cuenta de que quería ayudarlas y empecé a estudiar más catalán y también mediación cultural.

¿En qué consiste?
En hacer de puente entre culturas, o entre personas. Cuando conoces los códigos de los países de donde llegan las personas y los del país de acogida entonces puedes hacer de puente.

¿Dónde se encuentra a la gente que necesita mediación?
Yo tengo la suerte de vivir y trabajar en el mismo barrio. Soy de Trinitat Vella y la llevo en el corazón. Antes de empezar a trabajar ya era referente en el barrio. Hacía de mediadora voluntaria. Así que la gente ya me conoce.

¿En qué consiste el grupo de costura de Trinitat Vella?
En 2001 una mujer paquistaní acudió al punto de acogida donde yo trabajaba y me pidió un espacio para que las mujeres pudiesen coser juntas y relacionarse. Me pareció una demanda lógica y buena. Yo siempre pienso que si algo sale de la comunidad siempre tiene éxito, si hay herramientas. Empezamos con un grupo de diez mujeres paquistaníes y marroquíes con una profesora. Y, después, empezamos a trabajar otros aspectos.

¿Cuáles?
Poco a poco conseguimos que participaran en cosas del barrio como la fiesta para la mujer del 8 de marzo. Ahora ya tenemos dos grupos. Uno está cosiendo los vestidos de los acompañantes de los Reyes Magos. Y hemos conseguido que ellas mismas se pongan esos vestidos y sean las acompañantes de los Reyes, un grupo de mujeres paquistaníes, marroquíes, y de aquí, también.

¿Hay mujeres de aquí?
Este era precisamente uno de nuestros objetivos, que el grupo no fuera un gueto y que pudieran venir todas las mujeres que quisieran.

Bueno ¿y el otro grupo?
A través de la Asociación Cooperativa para la Paz este grupo participó en un encuentro con mujeres costureras de Marruecos. Mujeres que comenzaron siendo amas de casa y ahora ya son una cooperativa. Así pudieron vieron que esto tiene salida. No un sueldo, pero sí un dinero extra. La verdad que fue un encuentro muy positivo. Todas pensaron, si ellas pueden ¿por qué no nosotras?.

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