Coordinadora de Intervención Comunitaria Intercultural en Ítaca.

Roberta Vassallo coordina un proyecto de la Associació Educativa Ítaca y el Centre d’Estudis Africans que pone en contacto familias y educadores, con el objetivo de conseguir una educación más inclusiva. Con él acaban de ganar un premio a la Innovación Social que la Caixa otorga a las entidades que promueven una sociedad mejor y más igualitaria.

L’Hospitalet es bastante intercultural.
Sí. En Collblanc-Torrassa, contamos con unas 122 nacionalidades, en un kilómetro cuadrado y 53.000 habitantes. Eso genera una situación compleja importante. Especialmente en las escuelas y los institutos, que tienen una diversidad importante en su alumnado.

Y esa es la razón de ser del proyecto Cartografies del coneixement.
Eso es. La educación que se ofrece aquí viene de la cultura judeo cristiana. Pero cuando te diriges a una pluralidad de culturas es importante conocer cuales son las visiones que tienen esas culturas. La educación es un derecho universal y, para que sea inclusiva y representativa de la diversidad de la sociedad en que vivimos, es necesario saber como la viven las diferentes culturas.

Y habéis empezado a trabajar con la cultura dominicana.
Es una comunidad numerosa en este distrito, que tiene códigos culturales desconocidos, que dificultan muchas veces la relación con la familia y la educación.

¿Lo que vemos como un problema es una simple cuestión cultural?
En algunos casos sí. Lo que hacemos es hablar con las familias para saber cómo vivían la educación en su país, cómo la viven aquí y cuáles son sus dificultades. Escuchamos a la comunidad. Luego, todo este conocimiento será la base de las formaciones que se impartirán a los profesores.

Así tendrán herramientas adecuadas.
Sí. Es un derecho y un deber de la administración pública proporcionar herramientas de formación para que se pueda llegar a más gente

Explícame algunas de esas dificultades que padecen las familias…
Es muy pronto todavía para conclusiones, pero de momento hemos visto que la perspectiva de género es uno de los puntos fuertes. Por ejemplo, el hecho de que un niño juegue con una muñeca es algo que rompe bastante los parámetros de las familias dominicanas.

Les resulta chocante, ¿no?
Sí, pero cuando hay un diálogo entre los participantes entonces la visión comienza a cambiar un poquito. Hay que poner sobre la mesa las cuestiones importantes, para que vayan cambiando. Y debo decir que, en general, estamos viendo una valoración bastante positiva de los servicios educativos que se ofrecen, y un reconocimiento de la acogida. Aunque todavía hay percepción de discriminación. Estamos en proceso.

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