Gisela Quirós es una joven cantante de la Florida.

Gisela Quirós comenzó cantando en los bloques, en la Florida. En el centro Ana Díaz Rico les dejaban la sala de ensayos y allí hizo sus primeros pinitos en el mundo de la canción. Luego cantó en su graduación y le dijeron que tenía madera. Se inscribió en la EMMCA para aprender en serio y en 2019 se destapó en el concurso de talentos de la Asociación de Estudiantes de l’Hospitalet. Un año más tarde conseguía lo imposible: emocionar a Risto Mejide con una canción dedicada a su abuela. ¿Y ahora? Pues, sigue cantando, por supuesto. Y compagina los bolos con sus estudios de educación infantil y música. Es una joven talento que ya ha tocado la fama muy de cerca, pero sigue currándoselo.

Muchos te han descubierto en en Got Talent. Pero lo tuyo viene de antes…

La música siempre ha estado muy presente en mi vida porque mi familia es muy graciosa y les gusta mucho el cachondeo y la música, pero en mi familia no hay ningún músico. Así que al principio fue un poco difícil. Cuando le dije a mi madre: “Mama, quiero una guitarra”. Me dijo:  “¿Tú? ¿Pa’ qué? Si aquí nadie sabe tocar.”

Pero ya cantabas, ¿no?

Empecé de muy chiquitita a cantar, pero me lo empecé a tomar más en serio con 12 añitos. Cuando canté en la graduación mi profe de música me dijo: “Gisela, lo haces muy bien. ¿Has aprendido sola a tocar la guitarra?” Y le dije que sí, con Youtube. Ahora ya me lo estoy tomando mucho más en serio.

De hecho, estás estudiando en la Escuela de Música de l’Hospitalet.  

Hace relativamente poco que estoy ahí, desde hace tres años, más o menos. Antes cantaba por mi cuenta en los bloques, en el centro Ana Díaz Rico, en la Florida. Hay una sala y nos la dejaban para que pudiéramos ensayar los del barrio. Luego me pasé a la escuela para aprender a tocar en grupo. Y ahora compagino la escuela con mi vida en la universidad. Un poco locura, pero bien.

¿Qué estudiáis en la EMMCA?

Hacemos combo, tocar en grupo, y la clase individual de canto, que me ha ayudado mucho. Porque yo no había hecho canto de manera profesional. Cantaba por mi cuenta, pero sin meterme profundamente en ello. Así que mi profe me ha ayudado bastante.

¿Y cuando empiezas a flirtear con los concursos de talento?

Empecé en petit comitè, en L’Hospitalet Té Talent, el concurso de talentos de la Asociación de Estudiantes de l’Hospitalet. En 2019. Fue mi debut y gané el concurso. Me compré mi primer micro gracias a ese dinero. Y amplificadores para poder hacer fiestas y esas cosas. Fue un 19 de junio.

La fecha te ha quedado grabada, ¿no?

Es que justo un año después, el mismo día, pasé a las semifinales de Got Talent. Surgió la oportunidad y, bueno, yo siempre digo que el no ya lo tienes. Me presenté, pero tenía  los pies en suelo. Sé de donde vengo, que en mi familia no hay músicos, pero quería intentarlo. ¿Y si resulta que sí? Pues, mira, resultó, y fue que sí.

¿Cómo fue el proceso de selección?

Soy consciente de que no deja de ser un programa de televisión. En mi caso fue bastante rápido, aunque sé que en otras disciplinas es diferente. Depende mucho. Como en esa época ya había coronavirus hicimos el casting online, así que no tuve que desplazarme a Madrid.

¿Cantaste La llorona, de Chavela Vargas?

A veces pensamos que las canciones con las notas más altas son las que más van a impresionar, y no. Yo escogí La llorona porque tengo un vínculo muy especial con esa canción. La siento como mía. ¿Por qué voy a cantar algo de jazz o de Alicia Keys si puedo cantar una canción que realmente sienta? Y, mira, a veces las cosas pasan por algo.

Cuánto más calculas, peor, ¿no?

Pues, creo que sí. A mi me han rechazado de muchos sitios. He ido a castings de la Voz, por ejemplo. Y de un montón de programas. Y me han rechazado. En cambio, cuando menos lo esperaba, me cogieron en Got talent.

¿Por qué no lo esperabas?

Porque la llorona es quizás la canción que más siento y que más me gusta, pero no es con la que luzco más vocalmente. Sin embargo, al jurado le llegó.

Y la experiencia televisiva, ¿qué tal?

Ja, ja, ja… ¿Qué tal, dices? Yo sé que hay mucha gente diciendo cosas, pero desde mi punto de vista fue maravillosa. No puedo decir nada malo, porque me trataron como una princesa. Me vistieron, me maquillaron, me pusieron músicos. La verdad es que me trataron muy bien.

La canción, la reacción emocionada de Risto… Tu actuación se volvió viral.

Yo no sé si todavía hay alguien que no se lo cree, pero lloré como una magdalena. La reacción de Risto, la emoción de Edurne… Pero, lo que me puso los pelos de punta fue ver a todo el teatro de pie, aplaudiendo. Es lo más bonito que me llevé. Porque no me esperaba para nada ese apoyo del público.

¿Te ha ayudado un poquito lo de salir en la tele?

Me ha dado visibilidad, claro. Me está trayendo la oportunidad de cantar en más fiestas. Pero yo tenía una misión mucho más importante con esta canción. La siento tan mía… ¿Sabes esas canciones que no te cansas de escuchar porque son tuyas? Pues eso me pasa con La Llorona. No es de Chavela Vargas, ya es mía. Cantarla en Got Talent fue el mejor homenaje que podía hacer a mis abuelos. Y ahora que mi abuelo ha fallecido y que mi abuela está peor del Alzheimer la canción todavía es más importante para mí.

Aun así, no te sirvió para ganar.

La competencia era muy dura, como dijo Risto. La verdad es que la edición que participé había catorce cantantes. A parte de las otras disciplinas. Yo quedé entre los cuatro primeros del público, pero no pasé a la final.  Me hubiera gustado pasar porque no sólo canto boleros y canciones tristes. Me gusta cantar otro tipo de estilos y no puede demostrarlo. Lo dije, incluso, si llego a la final cantaré no me vais ni a reconocer, les dije. Pero no pude.

Y luego la vuelta a la realidad. ¿Cómo se gana la vida una aspirante a artista?

Pues, mi vida es un poco loca. Por las mañanas trabajo dando clase, por las tardes voy a la uni. Estoy estudiando un doble grado: Educación Infantil y Primaria. Desde muy pequeñita siempre me han gustado mucho los niños y la docencia y mi idea es intentar vivir de la música y, si no puedo, dar clases de música en un colegio. Así tengo las dos opciones. Y a mi madre la tengo también más tranquila… Es difícil compaginarlo todo y lo vivo con un poco de estrés, porque no puedo hacerlo todo perfecto.

Creo que ya tienes bolos para este verano, ¿no?

Sí, sí. He actuado en las fiestas, en Can Serra y en Pubilla Cases. Y en el Mobile World Congress. Todo gracias al ayuntamiento, que se está portando muy bien conmigo. Ah, y también he cerrado dos bodas este verano: en una me piden flamenco y en la otra jazz. Suerte que soy muy versátil…

 

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