Jairo Jiménez, Portavoz de la Fundación Secretariado Gitano

El Goethe Institut le encargó a Jairo Jiménez encontrar siete talentos gitanos para enseñar al mundo su arte y todo lo que la comunidad puede aportar a la idea de una Europa unida y fuerte. Fue a buscarlos a barrios, los acompañó. Y ellos han mostrado no sólo un gran arte sino una gran humanidad. En marzo se los lleva a Berlín para empezar a cambiar el mundo con ellos.

¿Qué es exactamente la Fundación del Secretariado Gitano?
Es una entidad social sin ánimo de lucro. Luchamos contra de las desigualdades que vive la comunidad gitana. Sobre todo, la discriminación.

¿Todavía?
Ha evolucionado, pero sigue ahí. Si hablas de ello te dicen que ves fantasmas. Pero yo soy gitano. Tengo 29 años. Y sufro discriminación. Desde muy chiquitito.

¿Dónde?
En las aulas. Y no por parte de compañeros. Chistes de mal gusto sobre gitanos, por ejemplo.

Pensaba que sería algo más sutil
No, no, el nivel es muy bajo. Ojalá fuese algo que rozase la inteligencia.

 ¿La escuela es el gran reto?
Hoy en día los mayores ejemplos de discriminación los puedes ver allí. Hay clases enteras con alumnos gitanos de la misma familia. Así estás rompiendo el modelo educativo.

¿Y las barreras culturales?
Yo defiendo mucho el modelo de relación, y de confianza. Los chicos que han participado en el proyecto del Goethe Institut también provienen de familias con situaciones complejas. La diferencia es que el centro invitó a las familias para conocerlas. Los miraron a los ojos. Y se formó una confianza.

 Una relación personal.
No sabes la de cosas que se han podido cambiar en un aula por tomarse un café juntos un día.

Háblame del proyecto Frei Raum.
Ha sido algo alucinante. El Goethe Institut contactó con nosotros porque querían hacer algo con la comunidad gitana. Decidimos hablar sobre los gitanos como un espíritu libre en Europa. Queríamos expresarlo de forma artística y nos pusieron a trabajar con profesionales de primer nivel.

¿De dónde salieron los artistas?
Son cuatro chicas y tres chicos. Gente que apenas había salido de su barrio. He tenido que hablar con madres para dejarles que vinieran.

 Y en marzo presentáis el proyecto en Berlín.
Así es. Y todos lo están viviendo como un momento muy especial en su vida. Han pasado de no salir del barrio a coger el tren para ir a ensayar. Y ahora viajarán a Berlín para actuar. Y eso es un logro. No es un milagro, sino el fruto de hacer las cosas con cercanía. Te da qué pensar.

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