Hospital de Bellvitge junto al Institut d’Investigació Biomèdica, IDIBELL, han liderado un estudio sobre la cleptomanía que describe por primera vez la enfermedad como un trastorno con elementos compulsivos. Hasta ahora, los expertos habían afrontado la cleptomanía como una conducta impulsiva en la que el paciente roba objetos sin pensar en las consecuencias, únicamente por el placer de ese instante de emoción intensa. Y las terapias se centraron en el autocontrol de estos impulsos.
Sin embargo, con el estudio se ha constatado que la cleptomanía también está condicionada por la compulsividad, por lo que muchos pacientes necesitan robar cosas porque, si no lo hacen, sienten malestar. Ahora los tratamientos podrán personalizarse con técnicas para frenar esta ansiedad.
Aproximadamente un 2,6% de la población está diagnosticada de cleptomanía, un porcentaje que los expertos avisan de que no refleja la realidad. El estigma asociado a este trastorno, «porque la palabra robo tiene una connotación muy negativa», hace que muchos pacientes no asuman su condición o bien que recelen de buscar ayuda. Lo resalta una de las dos autoras del último estudio sobre cleptomanía elaborado desde Bellvitge, la Dra. Lucero Munguía, que recuerda que afecta a personas que “no roban por beneficio propio, sino por el placer que sienten cuando actúan”.