La Bardissa - Foto: @Ribera-Salines

La Bardissa – Foto: @Ribera-Salines

Sin duda, la movilización más importante ha sido la del Prat y sus municipios vecinos, para salvar la Ricarda y los espacios naturales del Delta de Llobregat. Pero no son los únicos. Varios proyectos urbanísticos amenazan también los últimos espacios agrarios en Cornellà y L’Hospitalet. Quizás no llenen páginas de periódico, porque el aeropuerto se las lleva todas, pero merecen atención, porque hay mucho en juego. En cualquier caso, es una buena noticia que los vecinos estén unidos, aunque sea por una amenaza.

UN HUERTO URBANO ES LO QUE HACE FALTA 

La Plataforma Ribera Salines está formada por  vecinos de Cornellà que se revelan contra un proyecto que prevé la construcción de 2.497 viviendas en unos campos situados entre el casco urbano y el río. El plan lleva doce años en un cajón, pero ahora alguien lo ha sacado de allí y está dispuesto a ponerlo en marcha.

Para evitarlo la plataforma ha instalado allí La Bardissa, un huerto urbano, para demostrar que lo que necesita Cornellà no son más pisos sino proyectos que protejan el entorno natural y que promuevan la actividad agrícola.

De hecho tanto la plataforma como SOS Baix Llobregat proponen que la zona se integre en el Parc Agrari del Baix Llobregat, para protegerla de los intentos de urbanización. Mientras tanto piden, como mínimo, una moratoria urbanística e toda el Área metropolitana, mientras se analiza la situación.

La Bardissa es un huerto autogestionado por vecinos de Ribera-Salines. - Foto: @Ribera-Salines

La Bardissa es un huerto autogestionado por vecinos de Ribera-Salines. – Foto: @Ribera-Salines

EL ÚLTIMO REDUCTO DE L’HOSPITALET 

Cal Trabal es la última oportunidad, el último espacio agrícola de l’Hospitalet de Llobregat. A la vista del ritmo que lleva la llamada urbanización, y lo que significa, el grupo de Patrimonio de l’Hospitalet, formado por varias asociaciones y movimientos culturales, ha solicitado formalmente a la Generalitat que la zona Cal Trabal-Riu Llobregat sea declarada Bé Natural d’Interès Nacional. De esta manera se mantendría el uso agrícola y quedaría blindada contra cualquier proyecto urbanístico que pueda afectarla.

Pero no solo es una cuestión de agricultura y gastronomía. La protección garantizaría la conservación de un espacio con gran valor patrimonial (contiene restos del Canal de la Infanta) y natural, que puede convertirse en un refugio climático y una garantía para la soberanía alimentaria, según el grupo de Patrimonio.

De momento la instancia ha sido admitida por la Direcció General de Patrimoni.

Una de las movilizacions para defender Cal Trabal. - Foto: Grup patrimoni L'H

Una de las movilizacions para defender Cal Trabal. – Foto: Grup patrimoni L’H

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